Más empresas hablan sobre el ESG
La palabra de moda en el mundo corporativo este año no es una sola, sino tres: medioambiental, social y gobernanza, conocidas por sus siglas en inglés como ESG (Environmental, Social, and Governance). Desde las conferencias telefónicas hasta los documentos corporativos, las empresas hablan más que nunca de ESG.
¿Qué dicen los datos sobre el ESG?
La empresa de datos financieros y software FactSet analizó las transcripciones de las conferencias de resultados del cuarto trimestre de 2020 de todas las compañías del S&P 500 para ver cuántas mencionaron el término “ESG”. Más de una de cada cuatro lo hizo.
Esto representa un aumento del 63% en las menciones de ESG con respecto al trimestre anterior, y la mayor cantidad de menciones en los últimos diez años (el récord anterior fue de 79 en el tercer trimestre de 2020).
Fuente: FactSet Insight
Aunque las menciones al término ESG aumentaron en los 11 sectores del S&P 500, el industrial (+10) registró el mayor incremento de menciones a ESG en las convocatorias de resultados del cuarto trimestre en comparación con el tercero. Le siguieron Sanidad (+8), Finanzas (+7) y Tecnologías de la Información (+7).
De esta conclusión se hacen eco los nuevos datos de Social Market Analytics (SMA) y S&P Global Market Intelligence. SMA analizó el número de veces que se mencionó el ESG en los documentos presentados ante la SEC, que incluyen informes financieros trimestrales y anuales. En 2020, 481 documentos mencionaron el ESG. En cambio, sólo 12 documentos mencionaban el ESG en 2006.
SMA también revisó cuántas empresas mencionaron ESG en sus informes por primera vez. En particular, 279 empresas mencionaron el ESG por primera vez en 2020. Eso es más del triple del número de empresas que mencionaron el ESG por primera vez en 2019. A modo de comparación, el número de empresas que mencionaron el ESG por primera vez entre 2006 y 2018 fue de entre 10 y 36. Este hallazgo sugiere que más empresas están reconociendo un vínculo entre ESG y el rendimiento financiero.
El sector con mayor porcentaje de empresas que mencionaron ESG en sus informes fue Finanzas (18%), seguido por Energía (14%) e Industriales (14%).
Fuente: Social Market Analytics
Las empresas no son las únicas que hablan de ESG. El aumento de la disponibilidad de datos también está impulsando la inversión en ESG. En 2020, más de un tercio de las entradas en fondos mundiales se invirtieron utilizando estrategias ESG, según World Finance. Esto no es exactamente sorprendente dado que el 40% de los fondos ESG y fondos sostenibles obtuvieron rendimientos de cuartil superior en el primer semestre del año.
¿Por qué es importante que se hable de ESG?
¿Qué significa todo esto? En primer lugar, el aumento constante de las menciones a ESG en los últimos años sugiere que el ESG ha llegado para quedarse. Y, a medida que sigamos viviendo con la evidencia del cambio climático y la injusticia social, los llamamientos para abordar los factores medioambientales, sociales y de gobernanza no harán más que intensificarse.
Las grabaciones de los consejos de administración revelan que los consejeros delegados ven el auge del ESG como un indicador de hacia dónde se dirige el panorama empresarial. Los inversores han visto durante la pandemia lo vulnerables que pueden ser las grandes empresas a una interrupción de sus operaciones, ya sea un virus global que cierre las cadenas de suministro o un desastre natural como un incendio forestal o una inundación. Lo que está muy claro es que las empresas deben operar de forma sostenible para sobrevivir en el incierto entorno actual.
Y dado que cada vez más inversores manifiestan su interés por incorporar empresas sostenibles a sus carteras, es probable que la importancia del ESG aumente.
Esto explica también por qué cada vez más empresas vinculan la remuneración de los ejecutivos a los resultados en materia de ESG. Tanto las empresas como los inversores entienden que el ESG es algo que deben estar preparados para capitalizar y sobre lo que deben hablar.
Claro que hablar es fácil. El verdadero reto será si las empresas logran mejoras reales y medibles en su desempeño ESG. Para ello habrá que establecer indicadores clave de rendimiento (KPIs, por sus siglas en inglés) claros y cuantificables. Invertir en capacitación y tecnología para analizar datos. Proveer a los directivos con visibilidad sobre las métricas ESG para que puedan actuar sobre la información
Seguiremos atentos para ver hacia dónde evoluciona esta conversación.