Sostenibilidad vs ESG: ¿Cuál es la diferencia y por qué importa?
Muchas personas, incluidos líderes empresariales y expertos ambientales, utilizan los términos “sostenibilidad” y “ESG” de forma indiferente. Y tiene sentido: ambos comparten el mismo objetivo de mejorar las prácticas empresariales para aumentar las ganancias y ganar el favor de inversionistas, clientes y reguladores. Sin embargo, existen diferencias clave entre estas dos iniciativas que le gustaría conocer, especialmente si usted es el responsable de implementarlas en su organización.
Entonces, ¿en qué se parecen y en qué se diferencian? ¿Dónde se superponen? ¿Y por qué importa?.
La diferencia entre sostenibilidad y ESG
Aunque son conceptos similares, hay una diferencia principal: la sostenibilidad es un término amplio y vago, mientras que ESG es específico y medible. La sostenibilidad puede significar cosas distintas para diferentes empresas, mientras que el ESG ofrece un conjunto claro de criterios —ambientales, sociales y de gobernanza— que las organizaciones pueden medir y reportar.
Sostenibilidad
En los últimos años, el término “sostenibilidad” se ha vuelto sinónimo de “volverse ecológico” o “reducir la huella de carbono”. Por eso, muchas personas lo asocian con reducir el consumo de energía o controlar el uso del agua.
Y no está mal. Son objetivos importantes para cualquier empresa que quiera reducir costes, mejorar su desempeño y contribuir positivamente.
Pero esa es una definición bastante limitada. En realidad, la sostenibilidad es un término que abarca todos los esfuerzos de una empresa por reducir su impacto en el mundo. También puede incluir crear empleos dignos o promover la igualdad de género, no solo ayudar al medio ambiente.
Sin embargo, las empresas podrían tener dificultades para abarcar un concepto tan amplio.
Por esa razón, la sostenibilidad nunca ha sido realmente integrada en la mayoría de las organizaciones. La mayoría tiene una idea vaga de lo que deben hacer, pero luchan por medir y reportar el desempeño.
ESG
El ESG, en cambio, es mucho más específico y basado en datos. Se centra en tres dimensiones: medioambiental, social y gobernanza. No se trata solo de cuidar el medio ambiente, sino de un enfoque integral que mide cómo una empresa actúa en estas tres áreas.
Medioambiental
La dimensión medioambiental está más estrechamente relacionada con lo que la mayoría de nosotros pensamos cuando hablamos de sostenibilidad. Se enfoca en mejorar el desempeño ambiental de una empresa.
Esto puede incluir aspectos como reducir las emisiones de carbono, mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, reducir los desechos y cumplir con las regulaciones ambientales. También puede incluir la gestión de riesgos climáticos.
Pero el ESG también involucra otros esfuerzos que contribuyen al rendimiento general y la rentabilidad de una empresa; específicamente, los aspectos sociales y de gobernanza, que no siempre están incluidos en la sostenibilidad.
Social
La dimensión social se centra en el impacto de una empresa en sus empleados, clientes y la comunidad.
Esto puede incluir aspectos internos como la seguridad en el lugar de trabajo, el compromiso de los empleados, la diversidad e inclusión, la satisfacción del cliente e incluso la protección de datos y privacidad.
Como se puede ver, la dimensión social de ESG abarca muchos más aspectos de los que normalmente cubrirían los esfuerzos de sostenibilidad.
Gobernanza
La dimensión de gobernanza se centra en el liderazgo y la estructura de una empresa.
Cuestiones como cuánto se paga a los ejecutivos, quién forma parte de la junta, si los accionistas pueden votar sobre temas importantes e incluso cómo una empresa lleva a cabo auditorías y previene el soborno y la corrupción, todas caen bajo la dimensión de gobernanza.
El ESG también pone un fuerte énfasis en la gestión de riesgos. Monitorear y mitigar los riesgos a través de las tres dimensiones es una prioridad importante para cualquier empresa que esté comprometida con el ESG.
Por qué el ESG llegó para quedarse: beneficios respaldados por datos
¿Entonces, ESG es solo una palabra de moda? Nosotros creemos que no.
Pero no nos tomes la palabra, echemos un vistazo a los datos:
- El ESG puede reducir significativamente los costes: la investigación de McKinsey descubrió que una estrategia ESG efectiva puede afectar los beneficios operativos en hasta un 60%.
- El 71% de los CEO creen que es su responsabilidad personal asegurarse de que las políticas ESG de la organización reflejen los valores de sus clientes, según KPMG.
- Bancos importantes y firmas de inversión, incluyendo Blackrock, han incorporado criterios de inversión ESG en sus procesos y productos.
- Deloitte descubrió que los activos con mandato ESG podrían representar la mitad de todas las inversiones gestionadas profesionalmente para 2025, alcanzando un total de $35 billones.
McKinsey lo expresa de la siguiente manera:
«La inversión orientada a ESG ha experimentado un aumento meteórico… La aceleración ha sido impulsada por una mayor atención social, gubernamental y de los consumidores sobre el impacto más amplio de las corporaciones, así como por los inversionistas y ejecutivos que se dan cuenta de que una propuesta sólida de ESG puede garantizar el éxito a largo plazo de una empresa. La magnitud del flujo de inversiones sugiere que el ESG es mucho más que una moda o un ejercicio para sentirse bien.»
En resumen, el ESG está aquí para quedarse. No porque lo digamos nosotros, sino porque hay numerosas pruebas que demuestran sus beneficios.
Conclusión
¿Qué significa todo esto y, tiene importancia? Absolutamente.
Existen implicaciones reales para la estructura organizativa, los roles y responsabilidades, así como las asignaciones presupuestarias.
Aunque los líderes empresariales globales reconocen sin duda la importancia de la sostenibilidad, la mayoría de las organizaciones más pequeñas aún lo ven como algo «deseable» más que una necesidad.
El hecho de que el ESG ofrezca un valor comprobado le brinda la oportunidad de hablar con los líderes senior sobre cuestiones ambientales, de seguridad y cumplimiento de manera estratégica. Usted está presentando los beneficios respaldados por evidencia, no vags iniciativas «verdes».
Al asegurar que los programas medioambientales y de seguridad sean una parte integral de la estrategia empresarial y estén alineados con sus objetivos generales, los departamentos de EHS pueden demostrar el valor y la necesidad de enfocarse en el medio ambiente, las personas y el cumplimiento para garantizar el éxito general de la organización.
No solo eso, sino que permite a los expertos en seguridad y medio ambiente posicionarse como personas capaces de influir significativamente en el rendimiento y las ganancias, asegurándose así un lugar en la mesa donde se toman las decisiones.